Alta posicionamiento en buscadores y directorios

20081226

Pensador del Derecho (*)




Francisco Miró Quesada es ampliamente conocido por sus contribuciones a la lógica, a la filosofía política y a la filosofía del conocimiento, pero pocos conocen que dentro de su actividad se encuentra una veta jurídica, pequeña pero importante. Y que se revela con mayor nitidez en un país como el nuestro, en donde el cultivo de la teoría jurídica se da en escala bastante reducida.

Ahora bien ¿cómo fue que Miró Quesada incursionó en el derecho y por qué lo hizo? La historia es un poco curiosa. Miró Quesada enseñaba filosofía desde principios de los años cuarenta, y luego se dedicó a los estudios matemáticos con igual intensidad. Pero cumpliendo una promesa hecha a su padre, el inolvidable Racso, se puso a estudiar Derecho y eso lo puso en contacto no solo con el derecho romano y las grandes áreas del derecho, sino con el filón filosófico que le ofrecía la ciencia jurídica. Leyó, como era obligado a Kelsen, y descubrió muchas cosas, entre otras, que ahí no se encontraba ni por asomo una lógica jurídica. Así, aprovechando el Congreso Internacional de Filosofía que en 1951 organizó San Marcos con motivo de su cuatricentenario aniversario, presentó una ponencia en la que sostenía dos puntos radicales: que una lógica jurídica como tal, construida con los elementos de la lógica formal, no existía. Y que si existía, debía ser en lo sustancial una teoría de la deducción. En ese congreso, tuvo un enfrentamiento retórico con Carlos Cossio que se dispersó en vaguedades. Y otro más sólido con Eduardo García Máynez, con quien iniciaría un diálogo fructífero (García Máynez había publicado el mismo año de 1951 un libro sobre lógica jurídica, que fue el inicio de una trilogía que publicó tiempo después).

Lo importante es que 1951 es el año fundacional de la lógica jurídica en el mundo: lo hicieron simultáneamente el alemán Ulrich Klug, el finés von Wright, el mexicano García Máynez y el peruano Miró Quesada.

Puesto a la tarea de desarrollar el tema de su pionera ponencia de 1951, preparó un amplio trabajo de fundamentación para fines académicos, que apareció en 1954 y en forma de libro en 1956. El gran filósofo Norberto Bobbio, al repasar la bibliografía y los aportes a la lógica jurídica en el pasado siglo, llega a la conclusión de que estos escritos de Miró Quesada tienen ese carácter fundacional.

Otros enfoques filosófico-jurídicos de Miró Quesada están relacionados con los derechos fundamentales y sobre todo con el planteo de lo que debe ser considerado como derecho justo (en donde desarrolla el principio de la no arbitrariedad y de la simetría).

Y años más tarde, su excursión, creadora y audaz, sobre la interpretación jurídica, muy trajinado en los predios de la filosofía del derecho, pero nunca antes abordado desde un punto de vista formal. Y de lo que da fe su estupendo libro "Ratio interpretandi".

Miró Quesada, en forma adicional, dedicó largos años a la enseñanza de la filosofía del derecho en la Universidad de Lima, en donde tuve el privilegio de acompañarlo. Y en donde también se explayó en temas con la originalidad y vigor que lo caracterizan, si bien de ellos no ha quedado obra escrita.

La incursión marginal de Francisco Miró Quesada en la filosofía del derecho ha sido decisiva y demostrativa de su capacidad de trabajo y de su innegable talento creativo.

* Por Domingo García Belaunde

Etiquetas:

Francisco Miró Quesada Cantuarias "El Perú como Doctrina" (*)

90 Años del más grande Filosofo Peruano
Filosofía y praxis política

FORJADOR DE IDEALES. EN 1966, FRANCISCO MIRÓ QUESADA CANTUARIAS ASUMIÓ EL ENCARGO DE REDACTAR EL MANUAL IDEOLÓGICO DE ACCIÓN POPULAR Y SENTÓ LAS BASES PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA DOCTRINA POLÍTICA HUMANISTA. ASÍ, MOSTRÓ CÓMO TODOS LOS VALORES SE DEDUCEN DEL PRINCIPIO DE QUE TODO SER HUMANO DEBE SER CONSIDERADO COMO UN FIN EN SÍ MISMO.

Aceptando el desafío de asumir su responsabilidad ética y política, como ministro de Educación y miembro del partido político Acción Popular de Fernando Belaunde (presidente del Perú de 1963 a 1969), Francisco Miró Quesada Cantuarias escribe el manual ideológico de Acción Popular. "El Perú como doctrina" (Lima, s/e., 1966, Tom. I). La filosofía, la ideología y la doctrina de Acción Popular serán expuestas en esta obra en su fundamentación teórico-filosófica para su aplicación o praxis a nuestra realidad.

El fundamento filosófico del manual ideológico es netamente humanista, ya "que todo hombre debe ser considerado como un fin en sí y jamás como un instrumento o como un medio para los otros hombres Este principio, que hemos llamado principio de la autotelia, es suficiente para que el humanismo quede constituido. Todos los demás principios se pueden deducir de él por medio de la lógica y del análisis semántico" (165).

Por ejemplo, "el principio de la solidaridad. Si todos los hombres deben ser fines en sí, nadie tiene el derecho de utilizar a otro en provecho propio. Pero ser hombre es tener metas y proyectos", que requieran de la relación interhumana en la que cada uno contribuye a la realización de los fines de los demás para realizar sus propios fines (166).

Otros principios que se derivan son: el antirracismo, y el antiimperialismo, se llega asimismo a la concepción de una sociedad en la que no deben existir ni explotadores ni explotados (168).

La autotelia conduce, igualmente, a deducir que para "que una sociedad sea verdaderamente justa; las jerarquías no deben fundarse en condiciones de clase, es decir, de fortuna, de posición social, de situación económica, etc. No deben basarse en condiciones extrínsecas a la persona humana sino en condiciones intrínsecas. Las jerarquías deben fundarse única y exclusivamente en la capacidad de servir que se determina por la capacidad intelectual y la presencia moral de las personas" (169).



El Perú como doctrina
Recogidos de la filosofía humanista occidental, estos conceptos esenciales se van a elevar a categoría ideológica y a reflexión práctica cuando se constituyen en el axioma fundamental de la ideología humanista de Acción Popular al aplicar los postulados abstractos universales del humanismo al caso concreto, particular y específico de un grupo humano que se constituye como nación bajo el nombre de Perú.

Como ideología, Acción Popular parte de la aceptación de la filosofía humanista y sus principios básicos para la praxis de su partido político. En términos generales, expresa una preocupación fundamental por resolver la problemática de nuestra condición de seres humanos dependientes y, en forma más concreta, realiza y alienta la reivindicación del indígena, tal vez el más olvidado y postergado de los individuos que habitan nuestro territorio.

La teoría no debe quedarse en mera abstracción especulativa, los postulados filosóficos humanistas deben cumplirse, llevarse a cabo por los miembros de Acción Popular, en el caso específico del hombre peruano. Porque el humanismo abstracto "no toma en cuenta la situación histórica dentro de la cual debe predicarse" (162).

El humanismo abstracto queda obligado a concretarse frente a nuestra realidad histórica, la cual tiene connotaciones propias y así, por esta necesidad de aplicación a una situación especial, es denominado humanismo situacional.

Este humanismo situacional, su ideología, su pensamiento y su doctrina expresan claramente que el discurso está dirigido a la situación histórica que viven los peruanos.

Por lo demás "La única manera de hacerle sentir a un hombre que ha vivido toda su vida en condición de inferioridad, es ponerlo en situación diferente, y para lograr esto hay que hacerle sentir que no es inferior, hay que hacerle vivir su propia vida como una vida significativa, como una vida que los demás necesitan" (161).

Porque "Cuando un hombre ha nacido y vivido en el abandono, el exilio y el desprecio, la única manera de afirmar la dignidad de su condición humana, es hacerle sentirse hombre de verdad, y para que se sienta hombre de verdad tiene que proceder como proceden los hombres verdaderos, es decir, actuando sobre el mundo, manejando las cosas, forjando nuevas realidades" (Loc. cit.).

Este actuar en el mundo, este manejar las cosas forjando nuevas realidades, se concreta no solo en un humanismo que se sitúa en la historia vivida por los peruanos sino, sobre todo, en un actuar en su espacio geográfico. De estos dos condicionantes: tiempo histórico y espacio geográfico, elevados a categorías de máxima inspiración, surge el limo germinal que alienta y vivifica el cuerpo de pensamiento y doctrina de Acción Popular que se conoce bajo el símbolo de "El Perú como doctrina".

[*] Por María Luisa Rivara de Tuesta. Profesora Emérita de la UNMSM

Etiquetas: